Las luchas armadas protagonizadas la semana pasada por narcotraficantes y fuerzas de seguridad en las favelas de Río de Janeiro sirvieron de inspiración para concebir un juego llamado "Fuga da Vila Cruzeiro"

El juego está inspirado en los hechos acontecidos el pasado jueves 25 de noviembre, cuando unos 200 delincuentes de la favela de Vila Cruzeiro huyeron por el bosque al verse cercados por las fuerzas policiales, que entraron en la favela en blindados cedidos por la Marina brasileña.

"Centenares de traficantes, acorralados en la favela de Vila Cruzeiro y sin otra alternativa, huyen desesperados por una carretera en medio del bosque, en dirección a la favela do Alemao", narra la introducción del juego.

La mecánica del juego es muy simple: al fondo de la pantalla aparece una foto de la carretera por la que realmente huyeron los delincuentes y pueden verse numerosas figuritas intentando huir, corriendo o en motocicleta.

La flecha del mouse se convierte en la mira telescópica de un fusil y el jugador es un agente de seguridad, con la posibilidad de disparar sobre los fugitivos y matarlos, o bien dejarlos escapar.

"El objetivo del juego no es matar a los traficantes a sangre fría, ni tampoco dejarlos huir: tan sólo pretende retratar aquel momento y dar la oportunidad de elegir", anuncia el propio juego.

En la parte superior izquierda de la pantalla aparece un contador en el que se anotan el número de criminales fugitivos y los "muertos", sin llegar a dar ningún resultado por bueno o malo.

En ese sentido, los creadores del juego han querido iniciar un debate sobre el uso de la fuerza en la lucha contra el crimen, más allá de ofrecer una venganza virtual ante la violencia del narcotráfico.

La semana pasada, Río de Janeiro sufrió numerosos ataques por toda la ciudad llevados a cabo por bandas armadas de narcotraficantes que perpetraron varios asaltos e incendiaron un centenar de vehículos.

Ayudadas por el Ejército brasileño, que aportó vehículos, equipamiento y soldados, las fuerzas policiales de Río de Janeiro respondieron con la ocupación de las favelas de Vila Cruzeiro y Complexo de Alemao, dos de los bastiones del narcotráfico más importantes de la ciudad.

Las operaciones se saldaron con la detención de 123 supuestos narcotraficantes, el decomiso de 33 toneladas de marihuana y de 206 armas, entre las cuales se encuentran numerosos fusiles y ametralladoras.

Según el balance oficial, 37 personas resultaron muertas en los enfrentamientos, en lo que se considera la mayor operación llevada a cabo hasta ahora contra el narcotráfico en Río de Janeiro.