Los 'males' de respirar por la boca
La mayoría de los adultos sabe de algún niño que respira por la boca. Lo que desconocen es que este problema, con el tiempo, y de no tratarse, puede causar desde un desarrollo anómalo de la cara o los dientes, hasta falta de atención, irritabilidad, presión arterial elevada o problemas cardiacos.
Yosh Jefferson, de la Academia Americana de Odontología General, es el autor de un ensayo que alerta sobre la necesidad de que tanto médicos de Atención Primaria como especialistas reconozcan en sus pacientes infantiles el llamado síndrome de respiración bucal (SRB). "Casi todas las familias tienen a alguien afectado. La mayoría de los médicos no detecta los problemas físicos o psicológicos que ocasiona este síndrome. Sin embargo, los dentistas y los médicos de familia están en la mejor disposición para realizar chequeos a los menores y tratarlos en el caso de que sea necesario", recuerda este experto, cuyo trabajo recoge la revista 'General Dentristry'.
Apoya, además, que sean los odontólogos los que más se involucren en su detección ya que "suelen decir a sus pacientes que vuelvan cada seis meses, lo que facilita su supervisión. Con tan sólo el uso de un espejo se puede observar fácilmente si existe hipertrofia de las amígdalas, una de las razones del SRB", agrega.
Otros motivos por los que algunos menores dejan de respirar por la nariz para hacerlo por la boca son las alergias, la rinitis, la desviación del tabique nasal, el hábito de succión prolongado del pulgar o la mala oclusión dentaria.
Para el especialista estadounidense sería conveniente que "todos los pacientes fueran examinados para descartar la existencia de una posible obstrucción de las vías aéreas superiores". El síndrome debe descartarse asimismo en los menores con paladar estrecho, bóveda palatina alta y apiñamiento dentario. También en los que tienen problemas de comportamiento, de concentración en clase o que roncan por la noche.
El doctor Jefferson recuerda que los infantes que respiran por la boca tienen problemas de sueño, lo que repercute en su crecimiento y en el rendimiento académico. "A muchos de ellos se les diagnostica erróneamente como trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y otros suelen tener problemas de comportamiento derivados de su sueño deficitario".
Y no sólo eso, también pueden sufrir trastornos digestivos, dado que al respirar por la boca, el paciente tritura mal los alimentos y los deglute antes de tiempo. Otras posibles consecuencias del SRB son la deformidad torácica, insuficiencia cardiaca, retraso en el crecimiento, problemas auditivos, cefaleas y exceso de sueño diurno. Afortunadamente, el tratamiento, con un equipo multidisciplinar (pediatra, dentista, otorrinolaringólogo y ortodoncista) tiene buenos resultados.
Autor: Patricia Matey