El futuro de internet, centro de un debate sin precedentes Más de 190 países se dan cita en Dubai en una reunión donde muchos presionarán para que un organismo de Naciones Unidas reciba amplios poderes regulatorios, aunque los EEUU y otros estados alegan que eso supondría el final de la internet abierta
La conferencia de 12 días de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, una organización creada hace 157 años y que ahora es una rama de la ONU, enfrenta principalmente a países desarrollados y regímenes autoritarios que quieren más control sobre el contenido de internet, frente a los parlamentarios de los EEUU y empresas que prefieren la situación actual.
Muchas de las propuestas enfurecieron a los defensores de la libertad de expresión y los derechos humanos y provocaron resoluciones del Congreso de los EEUU y el Parlamento Europeo, pidiendo que se mantenga el sistema de gobernanza descentralizada.
Aunque los detalles de algunas de las propuestas más polémicas se mantienen en secreto, borradores filtrados muestran que Rusia quiere normas que den a los países amplio margen para determinar el contenido y estructura de internet dentro de sus fronteras, mientras que un grupo de países árabes defiende una identificación universal de los internautas.
Algunos países desarrollados y proveedores de telecomunicaciones, por su parte, quieren que los proveedores de contenido paguen por la transmisión de datos por internet.
Fundamentalmente, la mayoría de los 193 países de la UIT parece partidario de proteger la idea de que sea la agencia de la ONU, y no la mezcolanza actual de empresas privadas y organizaciones sin ánimo de lucro, quien gobierne internet.
La cumbre, que pretende actualizar un antiguo tratado sobre cómo interactúan las empresas de telecomunicaciones a través de las fronteras, también abordará otros temas como extender la cobertura móvil en zonas rurales.
Si la mayoría de los países que forman parte del grupo aprueban el dominio de la ONU sobre internet junto con normas estrictas, la reacción en contra podría provocar batallas en los países occidentales sobre si ratificar el tratado, con las empresas de tecnología animando a los internautas a protestarlo y algunas operadoras de telecomunicaciones a favor.
Docenas de países, como China, Rusia y algunos estados árabes ya restringen el acceso a internet en su país, pero esos gobiernos podrían tener más poder sobre el contenido y los servicios de la red si se apoyan los cambios con un acuerdo internacional.
La retórica por ambas partes está subiendo de tono, y el gigante de las búsquedas Google pidió la semana pasada a los usuarios que mostraran su "apoyo para una internet libre y abierta" en los medios sociales, despertando el fantasma de una ira popular como la que bloqueó este año un tratado global contra la piratería.
El generalmente diplomático Vin Cerf, empleado de Google y coautor del protocolo básico de datos de internet, criticó las normas propuestas como intentos desesperados de algunos gobiernos y organismos de telecomunicaciones de control estatal por imponer su poder.
"Esos persistentes intentos son sólo una prueba de que esta raza de dinosaurios, con sus cerebros del tamaño de un guisante, no se han dado cuenta de que ya están muerta, porque la señal no ha recorrido sus largos cuellos", dijo Cerf a Reuters.
Consenso El máximo responsable de la UIT, el secretario general Hamadoun Touré, intentó restar importancia a los temores en otra entrevista, insistiendo a Reuters que aunque las actualizaciones del tratado pueden aprobarse por mayoría simple, en la práctica no se adoptará nada sin una casi unanimidad.
"La votación implica ganadores y perdedores. En la UIT no podemos permitirnos eso", dijo Touré, un ingeniero de satélites de Mali educado en Rusia.
Touré predijo que sólo regulación "ligera" sobre ciberseguirdad saldrá por "consenso", empleando un término deliberadamente vago que implica un punto entre la mayoría y la unanimidad.
También rechazó las acusaciones sobre que el papel histórico de la UIT de coordinar a las operadoras la hace poco apta para controlar la rebelde internet, comparando la red con un sistema de transportes.
"Porque poseas las carreteras no posees los coches, y especialmente no las mercancías que transportan. Pero cuando compras un coche no compras la carretera", señaló. "Necesitas saber el número de coches y su tamaño y peso para poder construir los puentes y poner el número correcto de carriles. Necesitas una regulación ligera para poner unos pocos semáforos", agregó.
Pese a esas palabras tranquilizadoras, una nueva filtración el pasado fin de semana mostró que los jefes de la UIT veían una conferencia dividida como una posibilidad realista hace apenas tres meses.
Touré señaló que dado que los desacuerdos son tan amplios, probablemente la conferencia terminará con algo similar a la fórmula de la organización para proteger a los niños en internet, un acuerdo de cooperar más y compartir leyes y buenas prácticas, quizá con líneas directas para evitar malentendidos.
Sin embargo, incluso unos términos vagos podrían ser utilizados como pretexto para imponer normas opresivas en varios países, y activistas y líderes del sector temen que esos países puedan también asociarse por regiones para ofrecer experiencias de internet muy diferentes.